Gracias mi amor por tanto amor
Amor a primera vista...
Esta, es una historia más de la vida real. Solamente cambiamos los nombres de los protagonistas. Ellos son
Lizbeth y Frank
***
Hay afortunadas y bendecidas situaciones en que se dan casos como este. Desde el primer instante, desde la primera mirada fue un traspasar las líneas más finitas, las más delgaditas del iris, hasta llegar y permanecer en los corazones. Y así fue con ellos. Ese fue el sello de este amor, esta fue la clave de la unión, el juramento callado de un "para siempre". Y es real, fue real y siempre lo será. Fue un llegar para nunca irse, fue ¡un inmenso amor!
"Cuando este encuentro se dio, supe que Dios me amaba más de lo que imaginaba"... Lizbeth
"Cuando te vi, me miré en ti completo"... Frank
Este par de enamorados habían tenido vidas azarosas, duras, difíciles. Esfuerzos que a veces sentían inútiles, que en muchas ocasiones pensaban que no los llevarían a ninguna parte. Sus relaciones anteriores fueron fallidas, conflictivas y dolorosas. Producto de ellas, Lizbeth tiene una hija y Frank, dos hijos. Sacarlos adelante era toda una proeza, la sociedad es muy cruel: juzga, señala con un dedo acusador. Cree saberlo todo. Pero eso no les importó, cuando estaban juntos ni miradas, ni críticas, nada los tocaba. (Es un hecho que la felicidad de unos, a otros estorba.)
La vida era dura, muy dura. Pensar en el día siguiente al terminar una jornada de cansancio, los llevaba al desánimo. Pero todo fue encontrarse!
Caminaron un camino sin retorno conociendo la inigualable sensación de tocar el Cielo con las manos. Apreciaron la bondad de la vida dándose cuenta de que aquello que antes habían pasado no era más que la preparación que ambos necesitaban para quererse sin límites. EL AMOR EXISTE! EL VERDADERO AMOR NO ES UN MITO, SE DA! Y a quien le toque, puede sentirse especialmente acariciado. No ocurre siempre! Si te ha tocado sentir profunda e intensamente, eres afortunad@
Fueron unos meses, infinitos. Lizbeth y Frank, el uno para el otro. Liz no podía creer tanta ternura que recibía, tantos detalles, tantos cuidados sentidos y sinceros. Él, Frank, correspondía de este manera a la ternura y la dulzura de Liz. Nunca hubo "un sí o un no" entre ellos dos. Fue concordia, empatía. Y sí, esta descripción pareciera un tarro de miel, pero se ajusta a la realidad, a los hechos. No importaba el resto, no importaba si a alguien no le parecía, ellos no se guiaban más que por lo que Dios les estaba regalando. Supieron vivirlo y aquilatarlo. Cuánto valor en ese sentimiento puro que los hacía darlo todo en un instante y que trascendía más allá de lo físico.
Nada planeaban, todo fluía. Para la comunicación de Liz y Frank no hacían falta demasiadas palabras, sólo una necesidad de gritarse TE AMO, y también ese grito a veces salía sin sonidos. Y había compromiso, y había solidaridad y un interés genuino del uno por el bienestar del otro. Puro amor.
Y...
Un día, caminaban juntos. Él como siempre, la abrazaba. Conversaban, se miraban sin imaginar lo que iba a suceder. Ocurre algo totalmente imprevisto, increíble. ¿Cómo el hombre puede ser el lobo del hombre? ¿Cómo un ser vivo puede tener la arrogancia de sentirse dueño de la vida? Así fue. Un estruendo, todos corrieron. Y después, silencio. Asombro. Miedo.
Quizá de alguna manera alguien tomó en sus manos lo que Dios ya tenía planeado: la trascendencia de Frank al mundo de amor eterno que Él prometió a quien cumplió su misión en este plano.
Y así, comienza la continuación de la unión de ambos, desde otro estadío. Lágrimas, dolor y desesperación antes de la aceptación. Para Liz todo era obscuridad. El dolor no la dejaba ver. Y así transcurrieron semanas tan largas!
Un día, ahogada en llanto encontró un ángel que le enseñó LA LUZ EN LA QUE FRANK SE ENCUENTRA AHORA. Y entonces, nace la aurora en la vida de Liz. Sabe que todo es perfecto, que si ha tenido qué partir era EL PLAN del que todo lo puede. Y lloró, pero de felicidad, de PAZ!
Frank, amor:
Desde que partiste, no había podido parar de llorar. Pero ahora TE DEJO LIBRE... Agradezco infinitamente tu vida en este mundo terrenal, el inmenso amor que me diste, quito ataduras recordando que siempre nos amamos en libertad, y en libertad nuestros espíritus, que aquí se juntaron, seguirán hasta el infinito y más allá, y un día nos hemos de volver a encontrar enmedio de la LUZ.
Le he pedido al Cielo que te diga que te quiero, así tal cual tú lo sabes.
Liz
Lizbeth y Frank, el amor.
sólo amor te has de llevar de aquí..
Hola Maty, yo si creo en ese amor a primera vista, parece que cuando encuentras a la persona que amarás y te amará para siempre todos los astros se juntan para cruzar esas miradas que se quedarán unidas eternamente. Siempre traspasas el corazón con tus escritos. Besos.
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