EL ALBAÑIL
El albañil |
Sus años, todos, vida entera y dedicación. |
¡Todos somos iguales!
Pero hay quien desdeña ciertas labores, sin las cuales no sería posible nada para nosotros, nada. Dicen que el "importante" es el arquitecto. ¿Qué podemos decir del que ejecuta sus trazos? Ese que se parte el alma dejando su físico alimentado (en México al menos) por tortillas y Coca Cola, para tener energía? Cargando vigas, cemento, palas, martillo, cincel; todo tipo de herramientas de un lado para el otro, con el riesgo que supone el poder dar un paso en falso en la obra negra. Buscando siempre la perfección, cumple sus obligaciones arriesgando la vida minuto a minuto.
¿Sin su trabajo, qué sería del arquitecto? ¿Qué sería de ti, qué sería de mí si de nuestras manos dependiera construir nuestro propio espacio? ¿Ese, donde pernoctamos, donde trabajamos, donde soñamos? TODOS NECESITAMOS DE TODOS.
En estos tiempos ha habido un despliegue de construcciones. Los espacios son cada vez más reducidos. Ya no cabemos, y las construcciones han tenido qué realizarse de manera vertical. Y así algunos, como Miguel de tan solo 23 años cayó desde un séptimo piso perdiendo la vida al instante. (Real, como es el caso de tantos otros). A eso, se arriesgan ellos. Ellos, que NO se dan cuenta de que están CREANDO, que su trabajo no es ordinario, es CREACIÓN, la mano ejecutora de lo que salió del intelecto de quien pudo asistir a una Universidad. Tan loable lo uno, como lo otro. Y tan totalmente desdeñable mirar desde el hombro hacia abajo aquel a quien se considera "menos" por realizar las labores más pesadas.
En otros lugares los llaman "maestro de obras", "constructor"...
Y también las hay mujeres! De un tiempo para acá, la mujer ha incursionado en todo, y se les llama "albañilas
Miguel era un joven lleno de ilusiones, a su corta edad ya tenía esposa, una bebé y otro que venía en camino. Salía orgulloso a la "chamba" sin saber que ese día no regresaría. Llegó a hacer la fila en la cola de las tortillas, como todos los días, con las manos ásperas y cansancio en el rostro, pero con el ánimo muy arriba, con la ilusión de volver a casa y encontrar a su mujer durmiendo a su nenita. No supo que ya no la vería más. Y así corre la vida de todos ellos, como la de cualquier persona con algún otro oficio o quehacer. Del trabajo a la vida familiar, de la vida la alegría y también los sinsabores, del oficio entusiasmo al ver que la obra va creciendo.
Llevan la vida de la mejor manera posible, tienen una inmensa colección de frases que resultan verdaderamente simpáticas. Algunas, con una carga sensual explícita que a una como mujer más le valdría no escuchar. (Poco decorosos, pero que sin falta nos sacan alguna carcajada mientras otros son soeces de verdad). Ah! Y cuando las mujeres ya entradas en añitos llegan a decir "me preocupo cuando paso por alguna construcción y los albañiles no me dicen ningún piropo". No, eso sí es grave, una barbaridad. Cómo reí cuando una conocida mencionó que esto le sucedió.
Algunos ejemplos de estas frases, porque LA VIDA CON HUMOR ES MUCHÍSIMO MEJOR!
"Tanta carne y yo en cuaresma"
"¡Qué curvas! Y yo sin frenos
"En esa cola sí me formo"
"¿Por qué te saliste del aparador, muñeca?"
"Dios te guarde y me de la llave"
"¡Quién fuese bizco para verte dos veces!"
"Si me caigo ya sé de dónde agarrarme"
"Felicita a tu mamá y papá que sí supieron hacer las cosas bien buenas".
"¿Te estudio, o te trabajo?"
"Si Cristóbal Colón te viese, diría: SANTA MARÍA, PERO QUÉ PINTA TIENE ESA NIÑA"
"Si estar buena es pecado, no tienes perdón de Dios"
"¡Por semejante bombón me salto la dieta!"
Y también hay algunos elegantes:
"Unamos nuestro amor con cemento"
"Contigo quiero construir mi futuro ladrillo a ladrillo".
Se han escrito canciones, se han hecho películas y novelas. Una de ellas es de la autoría del novelista Vicente Leñero, aquí él refleja las complejidades de este trabajo. Muy afamada, por cierto.
LA PASIÓN ES EL INGREDIENTE QUE LO HACE POSIBLE.
La NECESIDAD DE SOBREVIVIR.
En muchas ocasiones, tradición de familias. Fue albañil el padre, el hijo, el nieto.
En tributo a Miguel y a quienes, como él, han dejado hasta la vida realizando su oficio.
Sé el albañil de tu vida, constrúyela con esmero. |
Amo al albañil que arriesga su vida y por él, estoy sentada en donde estoy. Con cariño, respeto y admiración.
Me as conmovido mucho de verdad te felicito por desgracia conozco casos de estos. ❤😍🤗 enhorabuena es genial..
ResponderBorrarQue pena la de Miguel y muchos otros que haciendo su trabajo perdieron la vida, es cierto que todos los trabajos son dignos y todos cumplen una función en especial esos trabajos que parecen poco valorados y sin embargo no podríamos vivir sin ellos. Una gran historia Maty siempre moviendo los sentimientos y la vida. Besos amiga.
ResponderBorrarPobres albañiles. Ya no os pueden piropear como antaño.
ResponderBorrarPues sí, albañiles y demás personas profesionales de la construcción son parte fundamental de toda sociedad avanzada; sin ellos nada de lo que hoy día vemos sería posible. Tenemos albañiles y personal de obras en todos sitios... desde edificios donde son ellos mismos los que ladrillo a ladrillo lo levantan hasta naves industriales donde preparan y realizan ignifugaciones de naves industriales. Ellos al igual que otros profesionales de sectores también denostados deberían sentir más de vez en cuando un abrazo de la sociedad ellos mismos cobijan.
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