Y... SE ENAMORÓ

La mujer cuando ama, se entrega por completo. 




Se enamoró...


Se enamoró como lo había soñado, y dio todo por ese amor. Era de ensueño, bálsamo para el alma, el premio que ella creía que le daba la vida por haber sufrido tanto. Y es que en su concepto del transitar por este mundo pues hay cosas buenas, y malas. ¡Tocaban las buenas!


Sus días, sus noches y todos sus instantes eran de una risa plena, de una emoción que recaía en pecho y estómago. Estaba dispuesta a todo por él, por esa magia, por esas sublimes horas, por lo que sentía que era lo más intenso, lo más profundo. Sentirse amada, amar! 


Quizá por todo este sentir, dejó de lado algunas "cosillas" que sucedieron antes de que el amor fuera pleno. No, no estaba dispuesta a perderlo por nada de este mundo. Y él, que en un principio fue rudo, cambió. Ella dulcemente pensaba que el amor que ella le tenía, lo había hecho posible. Él sacó su lado bueno, maravilloso. Fue un príncipe que la llenó de caricias y felicidad. Plenitud total.  Con cada palabra, con cada mirada y con cada encuentro los dos marcaron sus vidas de una manera que jamás imaginaron. Sobre todo ella. Se sintieron y se supieron el uno del otro, un solo ser entregado a ese lindo sueño.  Un día (que seguramente después él olvidó) le dijo a ella que se había enamorado como jamás lo hubiese imaginado. El hecho de existir este tiempo especial, hizo que todo valiera la pena.


Pero...


La magia terminaba. Alguien así, no podía cambiar permanentemente. 

La rudeza de él (que no fue poca, aunque ella haya querido olvidarla) ... regresó.  Y tal cual si hubiese sido un cuento, una novela o una pesadilla auténtica, llegó lo nunca esperado. Ese caballero volvió a sus mañas y cambió su vestuario por el de siempre, se fue el príncipe.  ¿Mañas? Bueno, digámoslo así. Él tenía una exacerbada afición por las mujeres. Y volvió a lo mismo. Ella, sufrió por las traiciones: una tras otra, una tras otra. Nunca, por nada, le importó el dolor de ella. 


 Y él lo llamaba "sensualidad". No, eran excesos. Era una tras otra, hasta desconocidas. Promiscuidad y peligro. 


Cuánto ella sufrió al escuchar de propia boca de él detalles explícitos. Y ella perdonaba una vez tras otra, una tras otra, porque lo adoraba. El mundo junto a él adquiría otro nivel, otro sentido: EL SENTIDO. No se concebía sin él. Y no se daba cuenta, para nada, que esto era maltrato y violencia. ¡Tantas formas hay de golpear sin usar los puños! 


Pero el daño no era en vano, iba rompiendo algo. Sí, ella se iba rompiendo. Sí, ella pensaba una y otra vez cómo si se habían amado tanto, él podía estar con otras, y además narrárselo a ella de la forma que lo hacía. Ella se daba cuenta, no es fácil engañar a una mujer. Sufría, y mucho. Y preguntaba, a lo que él respondía con lujo de detalles.  Y ella se seguía rompiendo, cada vez más. 


Un día, eso se acabó. Demasiado rota estaba ya, no pudo continuar. 


Él, vivió una vida de excesos, de "hombre de mundo" que mucho daño le hizo porque olvidó valores primordiales (sí, aún más)  que después tuvo que pagar muy caros. 


¡Cuántas cosas dejamos pasar en nombre del amor! Bien analizado, eso no debió suceder. Pero no era tiempo de análisis, era su tiempo como mujer y ser humano. Y no se arrepintió nunca de lo vivido, porque fue lo que fue. Inenarrable. Después que el príncipe cambió su vestidura a la original, a la que ella en un principio se negó a ver, el dolor fue agobiante.  Pero, a pesar de todo, ella hubiese preferido mil veces vivir intensamente y sentir profundamente, a estar vacía por dentro. 


No se arrepiente porque era su amor y su forma de amar. Pero llegó la hora de amarse a sí misma, de ver por ella y de curar sus heridas.  Y aprendió a amar mejor




No arrepentirse es la consigna. Vivido está, y gracias al ayer, SOMOS hoy. Guardar lo bueno y archivar lo malo en un rincón del cerebro. 


Amor a uno mismo, el mejor amor.


Y seguir amando, que es lo único que nos llevaremos de este mundo. Amar la vida, los niños, los animalitos, la naturaleza y a los seres humanos sin permitir heridas. Pero no estar predispuestos, eso quita el encanto. Siempre volver a creer es siempre volver a nacer. Y no tenerle miedo a ... Un nuevo amor.  




Enamórate de Jesucristo, Él nunca te romperá el corazón.  


Comentarios

  1. bravo una historia como la vida real me gusta como lo plasmas en el blog un saludo

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  2. Fantástica decisión la de tú protagonista, nunca es tarde para ver el final de camino, para volver a abrir los ojos al amor, lo vivido ya queda atrás, hecho está y de eso se aprenderá. Besos Maty.

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  3. A menudo veo a mujeres que salen con gilipollas y acaban jodidas. Resulta incomprensible. Mientras, miles de hombres bondadosos y sensibles mueren de soledad.

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    1. Es verdad. Qué triste. Y sucede también al revés: hombres buenos que viven esto mismo con mujeres. Gracias por tu comentario.

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  4. Me encanta tu escrito LO has superado quizás lo sigues recordando Te hizo eso mas fuerte mas intensa
    Una maravilla de relato

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    1. Muchas gracias por tu visita y comentario, Mucha. Gracias en verdad. Un beso!

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  5. Vivir un mal amor te deja vacía sin ganas creyendo que todo el mundo sera así
    Pero l;a vida te enseña y de eso se aprende que a veces si no te enamoras seras mas feliz Un gran texto te felicito

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  6. En estas situaciones es cuando sale la fuerza fe una mujer, puede amar sin límites hasta que poco a poco ve que no todo es como lo vio en los comienzos y sale su fuerza interior para decir, BASTA, hasta aquí hemos llegado y se rompe en mil pedazos pero los recoge y uno a uno, como con un rompecabezas, se recompone y vuelve a VIVIR

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  7. Estoy totalmente de acuerdo con esta historia que tan bonito has sabido contar Maty, nunca hay que arrepentirse de haber amado intensamente, entregándote entera y con honestidad, pero también hay que saber poner fin y pasar página, cuando el dolor supera todo lo demás, ninguna mujer debe sufrir por un hombre que no la merece.

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  8. Que relato tan intenso, Maty. Creo que mucha gente se puede reflejar ahí; en esa clase de "amor". Al menos suele llegar el momento de abrir los ojos y decir ¡basta!.
    Muy bueno!!
    Que tengas una linda semana, amiga.

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