NAUFRAGANDO

Estoy segura de que todos nos hemos sentido perdidos alguna vez, o muchas quizás. Que no sentimos ni dónde tenemos apoyados los pies. Suceden cosas, malos tragos. Pero cuando el ALMA es la que se pierde y no encuentra la dirección, puede volverse una "forma de vivir", el saber que la saciedad total sólo la tendremos cuando seamos seres inmateriales, cuando resucitemos. 





"Mi naufragio es constante y total. Naufraga mi cuerpo, naufraga mi alma. Los vericuetos antes de llegar a tierra firme son un descalabro total."


"Voy a la deriva,  me sucede como a cualquier ser humano. Es así cuando un movimiento telúrico interior me sacude. Y al revés: cuando la mar está tan en calma, cuando parece un plato inamovible pero mi alma sigue jadeando sin saber ni por qué, también estoy naufragando."


"Me pregunto si alguna vez me sentiré en tierra firme o si es NAUFRAGAR una condición natural del vivir. Porque de permanecer en quietud total, pareciera estar en estado vegetativo. ¿Qué es lo que es entonces? VIVIR, NO SOBREVIVIR." 


*El andar por la vida no es sencillo, y puede ser muy bello como duro, doloroso. A veces, cuando estamos en una "tablita" con una especie de "temor" inexplicable, ese "tengo miedo pero no sé bien de qué", y la paz está perdida en una esquina, sólo la espiritualidad nos puede aliviar."


"Mirar para adentro. Somos ALMA además de cuerpo. Somos más alma que cuerpo, porque la materia terminará y lo inmaterial trascenderá."


"¿Propósitos? ¿Prioridades? ¿Todo aquello que puede dar y da SENTIDO a tu vida?"


                    **************


Panchita piensa en todo esto de manera constante. A veces pareciera estar en otro mundo, su mirada se pierde cuando está divagando.


Panchita sabía que poco le quedaba, su edad era ya muy avanzada. Sin embargo, su mente lúcida como el primer día. Y todo esto lo veía con gran paz. Aunque su cuerpo anquilosado por tantos años de tan eficaz ejecución de las funciones, de todas las naturales, su mente seguía viviendo a una velocidad pasmosa. Tenía qué hacer rendir lo que fuera que le quedara. ¡Lo que fuera! Día a día, eso sí. Día por día. Segundo a segundo. Sabiendo que ese presente que aprisionaba en toda ella ahí estaba, pero ¿al rato? No sabía. Es lo que la hacía sentir más plena y más serena. No era un pacto con la muerte, era un pacto CON LA VIDA.  El ser tan amiga de la muerte así como la consideramos en este plano, es decir, lo que implica dejar de respirar, de ejercer las funciones vitales, de no tener más vida cada célula del cuerpo NO significaba para ella ya no estar, sino todo lo contrario. Sabía que seguiría estando, por siempre, porque la vida no se termina. NO EXISTE LA MUERTE, permanecemos.


Y así seguía en ese naufragio que a veces la entristecía y llenaba de nostalgia, pero muchas otras era todo lo contrario. Se sabía humana y, por tanto, contradictoria.  


Su marido era diez años mayor que ella. Pasaba de los 100. ¿Quién de los dos partiría antes? Imposible saberlo. A pesar de haber estado toda la vida juntos, cada uno tenía su mundo interior. Esto hacía la unión de ellos más maravillosa aún, porque no dependía uno del otro y cuando entrelazaban sus manos era con el auténtico deseo de hacerlo. 



Panchita se quedó dormida una tarde de sol en la que soplaba el viento, solidarizándose con su especial momento de ya no despertar a este mundo, pero despertar sin necesidad de abrir los ojos a la fantástica realidad que ella sabía que tendría. 


Ramón, se fue al poco tiempo. Es verdad que eran muy independientes como seres humanos, pero su unión era verdadera en todos los sentidos.


AQUELLA TARDE, EL NAUFRAGIO TERMINÓ.

VIDA PLENA HASTA EL ÚLTIMO SEGUNDO.  





Comentarios

  1. Madre mía que triste y que bonito a la vez me encanta leerte cada vez son mejores los relatos a este paso te Dan el premio Nobel de literatura un saludo amiga😉

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  2. Jaja qué lindo Dany, me sacaste una sonrisa amigo, como la que me sacas cada vez que veo tus fotos. Eres un amor, muchas gracias 😘😘😘

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  3. Melancólico y reflexivo. Precioso relato, Maty.

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  4. Todo lo que escribes Maty, lo haces desde el alma y eso se transmite en cada palabra que nos deja inmersos en lo que es la vida. Besos amiga. Excelente.

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  5. La vida, ese tránsito siempre dirección a la muerte, es el mayor viaje de todos.

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