LUCES Y MÁS LUCES

 Son todas esas que iluminan mi ánimo y me llenan de alegría. Que mirarlas me provocan una caricia en la mejilla,  por una mano tibia y dulce que ni siquiera puedo saber de dónde viene. 

Luces que cuando comienzan a verse en la ciudad me traen paz y contento y el secreto al corazón de que todos merecemos esos momentos de paz y tranquilidad. 

Vivimos en un mundo tan convulsionado, tanto! Pero siempre hay algo, siempre.

Cuando en una época del año de pronto se ve la ciudad con LUZ que promete, con LUZ que embelesa, que da alegría interior y que te hablan diciéndote "vendrá algo mejor, tienes derecho a un obsequio, a un regalito para ti y sólo para ti"... Pero así, así para todos y cada uno de los que te rodean. Cuando esto sucede, hay paz.

Y esta es la primera promesa: paz. ¿Podríamos decir también una "tregua?"

Y se respira otra atmósfera. Ves a los pequeños y a los no tan pequeños patinar, correr de aquí para allá, confundir a cualquier barbón que anda por la calle y decirle "Papá Noel" mientras la mamá del pequeño llega apenada a llamarle la atención y disculparse con el caballero. ¡Qué gracioso! Pero si lo que hay qué hacer es dar las gracias a ese pequeñín por sacarnos una risa espontánea.

También comenzamos a ver luces blancas por doquier. Estas, que brillan tanto, que abrazan tanto, de pronto han tomado la costumbre de quedarse por todo el año por aquí y por allí. Cuando las miras en épocas de calor y empieza a obscurecer sientes esa misma paz, pero un poco diferente. Según se sienta o interprete, son como el recuerdo permanente de que la esperanza allí está. Que la luz se enciende, que brota y que te deja tibio el corazón.

La gente sigue su rutina, su bullicio y su trajín. Hay veces que diera la impresión de que para algunos,  quizá demasiados, las cosas siguen igual por más que brillen y por más que iluminen.

Hay corazones quebrados por algo en particular que no reaccionan, sin embargo, muy dentro sienten un pedacito de nostalgia y de ternura. Y hay quienes hasta las detestan porque son el recuerdo de todo aquello que ya no está: desde personas, hasta situaciones. 

Y es la parte menos dura que no quiero mencionar en esta ocasión, el mundo está siempre lleno de contrastes a los que no soy ajena. Lo que pasa es que hoy, ¡A dar paso a las cosas lindas! Que las lagrimitas, sean de emoción. De emoción bonita.

Quiero estar en mi mundo fantástico, tan mío y tan lindo. ¡También existe! Existe la promesa de alguien que extiende su mano con generosidad dando parte de sí en ese hecho. ¿Hecho simple? SIMPLES son las cosas más valiosas y, por tanto, importantes de esta vida terrenal. "AMOR CON AMOR SE PAGA".

Sin tu mundo interior, no existiría una gran parte de ti. Sin las emociones, sin las sensaciones. Es verdad que cada quien elige la forma en que va a vivir su vida, pero sin importar cómo lo hagan los demás no cejes en tu empeño de vivir a tu manera. Si tienes esa luz la vas a irradiar, quien esté receptivo la va a ver en su vida, en su cuerpo, en su alma. 

Lo mejor que puedes hacer por los demás es ser tú mism@, no buscar la aprobación de nadie (esto te garantiza MILES de momentos únicos, irrepetibles, íntimos, muy personales, solamente tuyos).  Y de adentro hacia afuera, lo que brindas es genuino. Es TU LUZ INTERIOR QUE SALE, QUE TE AYUDA A BRILLAR Y QUE BRILLA PARA TUS AMORES. 

En verdad hay épocas evocadoras que por momentos nos hacen VIVIR lo bello.

ESTAS ÉPOCAS NO TIENEN EN REALIDAD FECHAS NI HORARIOS, ESTÁN EN TI. AUNQUE DICIEMBRE ES UN MES MUY BELLO, TODOS LOS MESES LO SON. 

PERO, SI SIENTES QUE DE PRONTO ALGO FALTA, ESPERA A MIRARLAS Y DEJA QUE TE  IMPREGNEN. 

SÉ UNA LUZ EN EL CAMINO DE TODOS

SÉ LA LUZ DE TUS PROPIOS PASOS

UN SER DE LUZ ES UN SER DE AMOR