PASADO, PRESENTE Y VIDA
El pasado siempre regresa, es un TODO junto con nuestro momento actual.
Aunque hay cosas que han quedado atrás, no se pueden ni se deben de borrar porque nos conforman. Podemos perdonar, y atesorar. Lo pasado, ha sido vivido en su presente y es parte de todo, de tu HOY.
Es muy difícil el perdón cuando se ha resultado tan herido. Pero no imposible. Ese perdón liberador, el perdón que sana. Ese, permitirá que cuando ese pasado haga su retorno, lo puedas recibir con el amor que guarda un alma limpia. ¡También el perdón a uno mismo! Quizá, el más difícil. Pero todo, todo vale la pena para conquistar esa paz tan deseada, ese remanso, ese tesoro.
No es lo mismo PERDÓN que RECONCILIACIÓN. Perdón de soltar, de dejar ir, de no permitir que sea una espina constante.
Pero entretanto, se requiere de repente dar un viraje:
LA VUELTA
Dáte la vuelta. Dála, tú sabes cuándo es el momento. (Muchas vueltas es conveniente dar en esta vida, es parte del caminar). No necesitas una opinión extraña, no necesitas aprobación de nadie. El no buscar esta aprobación te dará miles de momentos LIBRES Y PERSONALES. Te necesitas a ti y solamente a ti. Da la vuelta sin prisa, pero sin pausa. Piensa que el retorno siempre es posible porque estás en el canal de aquello que nadie puede ver ni tocar: tu yo interno. Ahí donde todo es posible, donde siempre se regresa porque siempre vuelve SIN FALTA a la cita con lo más íntimo de tu ser. Ese espacio donde sólo entra Dios. Ese espacio tan tuyo que sólo tocas tú, que sólo acaricias tú, que sólo vives tú. Que es tan sagrado y tan íntimo como más no es posible.
Por eso, sabes que hay que dar la vuelta pero que nada se pierde. No se puede perder en un mundo tan tuyo de sólo sumas, de nada de restas. Sumar, no restar. Y así tal cual dicen quienes manejan refugios de animalitos y piden donaciones para alimentarlos, (valga la comparación), TODO SUMA. Quién y cómo puede restar a su vida lo ya andado! Renunciar a una parte de ti, a un pedazo de quién sabe que tamaño (eso ya está determinado) de VIDA. Sería remar contra la corriente, oponer resistencia. Y esto, es una atadura sin remedio, una cadena filosa que destruye sin medida y sin compasión.
LA BELLEZA DE UNA ARRUGA
Cómo y cuánto he escuchado a lo largo de la vida "qué feos nos ponemos cuando envejecemos".
Todo es del color del cristal con que se mira. Mi cristal es dulce, compasivo y tierno. ¡Gracias mil por este cristalito que me ha sido regalado! Al concebir la vida como el gran obsequio que es y saber su proceso, inevitablemente envejeceremos (lo hacemos cada día) mientras seguimos aquí. Vernos como "feos y pasados de moda" o todo lo contrario, está solamente en nosotros. Un rostro envejecido ha cambiado muchas veces sus rasgos, pero al mirar sus ojos reconocemos en él/ella su esencia. Sea un rostro de una persona conocida o no, son caras que piden una lectura concentrada. Y si la hacemos, las sorpresas que nos podemos llevar son inimaginables. Esos rostros hablan, transmiten y dicen sobre toda una vida. Las arrugas y todo el proceso de envejecimiento son el regalo de la vida. Son estar aquí y permanecer a pesar de todo lo sucedido a lo largo de los años. Por eso es que hablan, cosas que casi siempre son imperceptibles por los jóvenes. Las arrugas son bellas líneas que señalan que han transitado por el camino, que tras cada caída hay la posibilidad de ponerse de pie. Más o menos rápido, lo verdaderamente importante es hacerlo.
Las arrugas son vida, vida vivida y saboreada pedazo a pedacito sabiendo que tras cada mordida se consume más ese manjar y que, al llegar al último bocado, la sensación es tan tuya como única, como inimaginable para nadie más.
Si no las tienes, si no conoces la sabrosura de una arruga, es probable que el manjar de tu vida haya sido más racionado, mas no deja de ser manjar y en tu forma de degustarlo estuvo todo. Si no pudiste mirar ni palpar esas arrugas es que Dios tenía otros planes para tu vida. Todos tenemos nuestro momento de partir.
Disfrutar y paladear el momento presente, de esto se trata la vida. ES PARTE DE ESTE PRESENTE, ESE PASADO. Y RECORDARLO ES PARTE DEL VIVIR, VER TU VIDA COMO UNA PELÍCULA. LINDA SENSACIÓN CUANDO TE DES CUENTA QUE ES MÁS LO BUENO, QUE PESA MÁS.
LAS ARRUGAS TE RECUERDAN QUE LO HAS TENIDO. QUE HAS DEJADO QUE DIOS DESATE LOS NUDOS QUE TÚ NO PUDISTE QUEDÁNDOTE TRANQUIL@ Y DEJÁNDOLOS EN SUS MANOS, TENIENDO PACIENCIA.
SI EN ESTE MOMENTO TE ESTÁ TOCANDO VIVIR ALGO DE LO AGRIO, QUE LA SERENIDAD TE ACOMPAÑE Y TE AYUDE EN EL DIFÍCIL Y DOLOROSO TRANCE. NO PODEMOS EVITAR LOS GOLPES NI LO DIFÍCIL DE NUESTRO EXISTIR. SOLAMENTE DIOS EN SU INFINITA BONDAD NOS PUEDE DAR LA RESIGNACIÓN NECESARIA. EL TIEMPO, HARÁ SU OBRA TAMBIÉN.
Que en cada momento difícil, no te falten unos brazos que te cubran.
Que en los momentos alegres, te sobren sonrisas para compartir y seres humanos para regalárselas.
Que en un plano intermedio, entre lo alto y lo bajo, respires hondo con la tranquilidad de saber que lo estás haciendo a conciencia, que estás VIVIENDO a plenitud.
QUE NUNCA OLVIDES QUE TODO ESTO, ES
VIDA.
Estás en la VIDA, vive tu estación. |
No podías describir mejor la vida, con arrugas, con pesares, con tristezas, alegrías... todo lo llevamos encima. El tener esos brazos que abrazan hace mas fácil pasar de una estación a otra. Un fuerte abrazo amiga.
ResponderBorrarSupongo que todos queremos morir de viejos, y en el proceso poder mirar atrás y constatar: sí, el viaje ha valido la pena. Ahora bien, acepto el deterioro de mi cuerpo y mente que acabará en muerte, es decir: nuestra mortalidad. Parece impopular decir que envejecer es una mierda y que la vejez, deterioro, decrepitud... llámese como uno quiera, de bella no tiene nada. Otra cosa son esa pobre panda de desgraciados que no la aceptan como un proceso más de la vida y la combaten, inútilmente y por ejemplo, en un quirófano. En resumidas cuentas, la vejez se ha de aceptar, y a ser posible respetar, porque en cuanto a lo primero no te queda otra y es otro proceso más de la vida (de hecho, el último). No es bella la vejez; como no lo es un jardín con flores mustias o una edificación medio derruida por una bomba.
ResponderBorrarEstima Maty, tus entradas siempre
Bellas historias me gusto más la primera Hay que vivir y tratar de ser feliz y de perdonar por que eso te permite avanzar. Te mando un beso
ResponderBorrarcon tus reflexiones la vida podría ser menos compleja sin temor a abrir nuestros sentimientos.
ResponderBorrarY siento ser algo pesada con el tema del feed, acabo de probar otra vez y nada.
Encontré una página que no sé si te puede ayudar:
https://esp.go-travels.com/81995-how-to-add-rss-feed-3469294-1413557
es que así los que tenemos Blogger podemos poner tus actualizaciones en las listas de blogs.
Agregué tu blog pero sale al final de todo.
Un abrazo grandote y gracias por contagiar emociones.
Tal cual, la vida misma. Coincido con el perdón que es muy liberador y la arruga la señal que has vivido.
ResponderBorrarUn abrazo gigante!
Maty, has realizado un tránsito perfecto de lo que son las distintas fases de la vida. Tanta verdad en tus palabras. Estoy de acuerdo contigo, el perdón es sanador y la vejez no tendrá la belleza física de la juventud pero contiene una belleza de plenitud y sabiduría, quizás por ello hemos visto a nuestros abuelos como seres bellos de alma. Grandes reflexiones. Saludos y feliz fin de semana!
ResponderBorrarMuy buena reflexión, Maty, la vida son caminos y todos contienen sabidurías, de uno depende aprender de ese pasado que nos dejó tanto. Pero vivamos el presente que es ahí, donde ocurre todo. Y que las arrugas, nos sirvan para saber que estamos evolucionando favorablemente. Y por supuesto, el perdón, del cual hablas también con coherencia y saber.
ResponderBorrarMe ha gustado mucho entrar a leerte, linda. Gracias por todos estos mensajes importantes que compartes.
Que tengas un bonito fin de semana.
🌷❤️
Muy bonita reflexión Maty. Sin duda hay que saber tomar todo lo bueno y malo de la vida, disfrutar el momento y envejecer con gracia y en amor. Un gusto leerte. Abrazos.
ResponderBorrarPalabras muy filosóficas que ayudan a los que comenzamos a tener arrugas.
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