LA NOCHE

Con amor profundo te rindo este homenaje a ti, compañera de mis horas. Estas horas, las últimas de este ciclo, de este año. Aunque tú y yo sabemos que en tu mar no hay tiempos ni espacios, te doy mi amor y festejo contigo. 

Noche majestuosa llena de misterios y verdades ocultas, que te yergues plena enmedio de todo, nadie te quita porque es tu tiempo y tu momento. Eres auténtica,  dueña de ti misma, nada te opaca y nada se contrapone a lo tuyo. Estás inmersa en tu transcurrir. Lo tuyo es ser tú misma, ser silente testigo de los horrores y de las calmas, del frío, del hambre y de cronos.

Parecieras eterna, lo eres durante tu trayecto. Trayecto que se repite una y otra vez, testigo silencioso y acucioso. 

Vigilante, tu mirada inteligente no es indiferente a todo lo que te hace ser, a cada acontecimiento por pequeño que pueda ser. Ahí estás, respetuosa. Eres serena como tú sola, sabes llevar lo que te toca sin alardes. El episodio que te toque atestiguar lo respetas, lo dejas ser y transcurrir.

Sabes? Siempre he querido ser tu cómplice acompañante. Trato de serlo aunque a veces me venza tu silencio ensordecedor. Tu transcurrir es sin prisas, y aunque pareciera, tampoco hay pausas. 

Pareces a veces (muchas veces) querer decir algo. Pero hay que saber escuchar tu lenguaje. Por eso te amo, porque en ese misterio me abrazas y me das cabida, me regalas un espacio para mis desórdenes y mis sentimientos más ocultos. Claro, porque tú sabes todo de mí. Me he atrevido a decir que te "vivo". VIVIR LA NOCHE... Eso, vivirte. Vivir contigo. Para ti. A tu lado. 

Tengo la esperanza de que en una de esas tertulias, me reveles alguno de los secretos que guardas. 

Quiero abrazarte y que me abraces, eres uno de mis más grandes amores. Lees cada pensamiento, te introduces en todos los vericuetos de mi imaginación. Y aún en mi falta de elocuencia, sabes que tengo muchísimo por decirte. Sí, por favor, abrázame fuerte, muy fuerte. 

Entre tú y yo no hay nada que se interponga. Somos la una para la otra, reconoces mi fidelidad todos y cada uno de nuestros encuentros.

La noche y yo

Noche obscura, noche callada y calmada, que camina despacito, ámame como te amo yo. Y especialmente en estas tus últimas apariciones en este año que termina no dejes de hacerme tu promesa eterna: la de compaginar con esta amante hija, hermana y amiga  tuya cada segundo vivido y cada gesto del alma.