VÁLVULA DE ESCAPE

Existe una casa en una discreta calle de la Ciudad de México en donde ellos, ellas, pueden SER Y SENTIR verdad aunque sea por unas horas... un "escape". 

 Trans... Felíces por un rato

Aquí se imparten cursos de personalidad, tutoriales de maquillaje, se les enseña a andar en tacones, utilizar vestuario y accesorios. Todo esto, para que puedan ser ELLOS / ELLAS... sólo por instantes. Se parece al cuento de Cenicienta. "Ser"unas horas para volver a la realidad, que es lo más irreal, que es una mentira. 

Después 

¿Cómo podemos vivir esta realidad de quienes no tienen una verdad que pueden exhibir y deben asistir a un lugar inédito para poder sentir ahí libertad, que pueden respirar tranquilamente, que están en su paraíso, en un lugar soñado de donde quisieran no salir, que fuese su realidad por siempre? ¿Cómo podemos, debemos, asimilar realidades diferentes a las que estamos acostumbrados a ver y vivir? ¿Qué lugar les damos, en donde los colocamos? Y me refiero a nuestras mentes, nuestras almas, nuestras formas de vivir, no a otras cuestiones que NI SIQUIERA nos son solicitadas: "otorgarles un permiso, abrirles sitios especiales, asistir a las marchas anuales que realizan defendiendo sus derechos. En resumidas cuentas, ¿Cómo vivir y convivir con esta realidad? 

Se parece al cuento de Cenicienta. "SER" unas horas para volver a la realidad, que es lo más irreal y la mayor mentira de muchas vidas. Y son eso, eh? No olvidar: VIDAS. 

Seres humanos con auténticas crisis existenciales. (Como si todos no las tuviésemos en algún momento de la vida, o en muchos!) Seguros de que no son como nacieron y que no pueden expresarlo. Que sienten que dentro de sus cuerpos no hay lo que miran, lo que tocan. Que quisieran sentirse como este, o como aquella.  

En verdad, deben vivir (no hace falta ser un "lince" para suponerlo) un auténtico infierno interior. Tenemos derecho a LA PAZ: fundamental.  Y el ser "diferentes" se los impide. 

Tormento interior....no son aceptados por padres, hermanos, amigos, familiares en general. No pueden vivir como quisieran. Los pocos que se han atrevido a hacerlo más abiertamente, se han enfrentado con un mundo hostil o cruel que solamente juzga, crítica, señala, apedrea, maltrata. Pero en verdad, en este mundo que nos ha tocado vivir, realmente sería fácil poder cambiar unas mentalidades ya formadas por sociedades y familias conservadoras?

O es en realmente DIFÍCIL ya no "aceptar", simplemente comprender que hay seres con personalidades diametralmente opuestas a las nuestras. ¿Es así? 

Las miradas de cualquiera de estas personas es muchas veces triste, melancólica. Quieren sonreír y hasta lo hacen, pero se asoman sinsabores y tristezas a esos ojos que maquillan con toda clase de herramientas, que quedan encubiertos en esas inmensas pestañas postizas, en ellas se esconden, o lo intentan. 

No es nuestro papel llegar a conclusiones ni emitir juicios de valor, MUCHO MENOS JUZGAR A NADIE.  Tampoco es el objetivo de este escrito emitir veredictos. 

Hay una palabra que mientras desenmarañamos lo que ocurre en nuestras cabezas, en mentalidades ya formadas y difíciles de cambiar... difícil simplemente es vivir una adaptación en un mundo aparentemente ya formado con sus propios estándares y principios. 

¿Resulta en verdad difícil?¿Incomprensible? ¿Aberrante quizás? De "¿cuento de terror?" ¿Pecaminoso? ¿Inaudito? ¿Deleznable?

QUIZÁS nos sea poco más que difícil encontrar a esta gente diferente que decidió ser trans, y tratarla como si nada sucediera. Así nos hemos formado.

La palabra es:

 RESPETO.

Y hay algo aún más sencillo, más deseable y por tanto también muchísimo más difícil de encontrar: 

HUMANIDAD.