LA LECTURA, UNA AVENTURA

 


Leer es nutrirse, es absorber. Penetrar en mundos y en vidas que quizá nunca imaginamos. Se debe a diestras inteligencias que sacan a través de la pluma, del teclado, de la tinta, (no obsta el medio para expresarse)  todo lo que sacar pueden en cuanto a conocimientos, sentimientos, experiencias, vivencias, naturaleza y naturaleza humana también. Plumas descubridoras  de misterios, realidades, verdades inimaginables, infiernos y paraísos difíciles de narrar. Te llevan a pasear, a transitar y adentrarte en mundos únicos, en mundos inenarrables para otros pero a los que nos podemos introducir gracias al quehacer literario.  

Pero, ¿Hablamos de escritores de renombre? ¿De autores que ocupan un lugar en un estrado para conocedores?


Hay infinidad de letras que salen de las manos diestras de gente que no "figura". De gente que ni siquiera imaginamos que existe, de gente que vive en su rincón intentando asomarse un poquito o quizá no eso, que tienen la necesidad de expresar todo aquello que en mente y alma pernoctan. Porque ya es mucho, demasiado sentimiento y demasiado para guardar, el cerebro revienta y se constipa con tan vasta variedad de casos y cosas que ya no pueden permanecer allí. ¿Cómo conocerlos, de qué manera asomarnos? O más aún: por qué desdeñarlos? ¿Por qué no intentar a toda costa acceder al material desconocido de almas desconocidas, de intelectos guardados en su propio mundo para penetrar en tanto mundo y tanta verdad?


¡Hay tanto talento! Nos regalan a través de estos medios actuales una cantidad de expresiones que erizan la piel. 


Alguna vez escuché decir "estás viviendo la vida de otros, vive la tuya propia".  Pero realmente ese es el chiste: vivir más vidas en lugar de sólo una, aprender de ellas, sentir con y por ellas. Con muchas situaciones nos sentiremos identificados, lo mismo que en otras será el aprendizaje de lo que nunca quisiéramos vivir. Tanto de unas como de las otras, la enseñanza está: lo que sí, lo que no debemos o no nos gustaría hacer jamás.


Es vida pura. Así se trate de ficción, es vida dedicar parte de tus horas a una actividad tan bella como verte sumergido en otros planos, el "viajar" no sólo por lugares sino meterte, como decimos coloquialmente, "hasta la cocina" de esas casas que amablemente nos abren sus puertas y nos sumergen en sus panoramas tan propios y, al ser compartidos, tan nuestros también.


Benditas las letras y la capacidad de desentrañar sus misterios o de darles un significado en sus trazos, quizá muy particular. De observar su belleza: esta no se pierde, de la forma que sea. Cada trazo tiene una particularidad. (Me refiero  a la digitalización). Aún en ellas se pueden ver diferentes estilos y diferentes formas, además de que en esta época nos son por demás necesarias, ya que no todo puede ser físico. Aunque el libro tiene y mantiene una belleza única, lo digital ya es parte de todo esto. Es necesario, sí que lo es. Físicamente no hay espacio para muchos más libros en papel,  pero qué lindo es asimilar que todo lo vertido en las páginas es igualmente viviente y genera todas esas mismas emociones. Hay quien no tolera esta idea,  habemos muchos que ya lo disfrutamos a cabalidad. 


Y no puedo evitar este símil: Leer a alguien, o ser leídos. Sí, a una persona que,  cual libro, habla y dice o calla. "Él es un libro abierto". Nosotros también hablamos de mil maneras, cómo se interpreten nuestras palabras está en el detalle de ser auténticos. Por supuesto, también depende mucho la interpretación que haga el interlocutor. Somos emisores de vida y todo lo que ella implica. Si hacemos un repaso o remembranza de otros tiempos, estamos realizando una lectura, o quizá una relectura de un libro viviente. Saber leer en la mirada o en el movimiento de unas manos, de actitudes y también movimientos corporales. Estamos expuestos a ser leídos y a leer a los otros, cuestión de observación y de interés por los individuos.  Esto fue por recordar a gente que me dio tanto con sus palabras habladas o actuadas. Por recordar en la vida cotidiana que cada ser que encontramos tiene muchísimo que decir.

Tú, ¿Eres un libro abierto, o permaneces cerrado sin opción? 


Todo esto, ocurre en el teatro de la vida. 




Benditas

Sean

Las

Letras



Comentarios

  1. Qué bonita expresión: "Somos emisores de vida". Me encanta.
    Leer es otra forma más de vivir, como viajar, ver una película, un documental o una obra de teatro. Me ha fascinado tu reflexión, con la que estoy totalmente de acuerdo. Besos y feliz fin de semana, Maty.

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    1. Qué linda Mayte, muchas gracias! Y te digo ahora, feliz inicio de semana 😊

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  2. Los libros con sus historias nos trasladan a esos mundos maravillosos. Me encantan los libros, me encanta leer, me encanta como lo dices y no puedo estar más de acuerdo. Besos

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  3. Hola Maty, muy bonita entrada. De verdad que las cosas han cambiado mucho en cuanto a que ahora es más fácil leer y ser leídos gracias a los avances tecnológicos. Antes era muy difícil llegar a las personas con nuestros humildes escritos. Sin duda quien escribe deja el rastro de su propia vida y experiencia y también la de otros, a quienes observa y de cuyas historias se inspira. Yo recuerdo cuando era chica, que la lectura me transportaba a otras realidades, era un gran pasatiempo para mí. Yo leo ahora en mi libro electrónico y estoy fascinada con lo fácil que resulta ahora leer. Te dejo un abrazo.

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    1. Ana, sí que es lindo esto de aprovechar lo que nos ofrece la época. Confieso que alguna vez estuve un poco renuente y ahora soy la más feliz del mundo de saber que en un aparato pequeño llevo una inmensa biblioteca. ¡Vamos a disfrutar, pues! Un abrazo también para ti. 🤗🤗🤗

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  4. Hay quienes son libros abiertos. Y hay quienes son libros que otros tratan de censurar.

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