OCTUBRE, OTOÑO Y YO

 Es un mes hermoso este de Octubre. Muy lindo. Nostálgico, evocador. Comenzando el otoño, las hojas de los árboles cambian de color. Tranquilas, sosegadas, muy sabias conociendo su ciclo, este consiste en caer. Caer tostaditas y dejarse pisar por aquellos que las disfrutan y gozan de ese tronido especial que emiten al ser aplastadas. No es un acto de violencia ni depredación, no. Es comprender ellas y el paseante que cumplieron un maravilloso ciclo y un lindo papel todo el tiempo que les tocó estar arriba, verdes y brillantes. Con lágrimas tiernas cuando llovía,  refulgentes cuando el Sol las besaba. Pero el árbol al que pertenecieron también sabe que es tiempo de dejarlas ir, sabe que deben partir y lucir como una alfombra en el asfalto permitiendo así un cuadro maravilloso a la vista que es justamente ese otoño que, con bendiciones, podemos volver a vivir los que seguimos aquí.

Es un escenario irrepetible, así llegue una vez cada doce meses siempre será único e irrepetible, cargado de diferentes vivencias, de nuevas ausencias, de dolor y alegría tal cual es la vida. Es la vida misma que nos recuerda una y otra vez que lo único constante es el cambio. 

Escenario amoroso y melancólico es el otoño. Nos hace sentir una necesidad de ternura, tanto de darla como de recibirla. Ese frío que deja heladas las mejillas y la punta de nariz, ese que recuerda la fragilidad del ser humano. Necesidad de ser cubiertos para protegernos de ese inclemente clima, necesidad de cubrir a quien amamos para librarlo del frío, cubrirlo de amor.

Octubre y Otoño... Significativos. Día, 5, 15 años de la partida de papá. Día 10, cumpleaños de mi esposo y compañero, Julio César. Día 14, cumpleaños de mi mami, tan amada y extrañada. Todo esto se suma a esos olores a canela y a esas sensaciones que ya han hermanado, tantos años de vivirlas. Que ya han sumado a cada calendario hojas nuevas para recordar, pasajes nuevos para guardar y no dejar morir nunca.

Nada me llevaré de aquí, nada material. Pero estas vivencias, estas únicas e increíbles experiencias son parte de mi ser, son yo misma. 

Siempre igual, siempre diferente. Sígueme cubriendo con tu misterio, ese que no se acaba nunca. Te sigo viviendo en amor, ese que no tiene fin.