CARTA A UN AMIGO

 







Querido amigo:


Querido, recordado. ¡Tantos años han pasado! Le busco por aquí y me entero que ha trascendido, no hace mucho tiempo de esto. Es ya parte del Universo de las ausencias. Pero su presencia, se notó. 


No puedo escribir su nombre porque era conocido. Y lo que voy a decirle son cosas muy íntimas. 


Don Pantagapas... Sí, así lo nombraba a veces, muchas. Usted entraba recitando todos los nombres de su santoral. Muchos años ya, siquiera este lo pude recordar.


Ahora que le escribo siento que lo estoy mirando, también escuchando. Gran amigo, grande. Estupendo ser humano, único. Qué suerte haberlo conocido y poderle llamar "amigo". Generoso, culto y sencillo. Voz varonil, muy agradable. Su entrar y su salir de aquella oficina se volvió parte de mi cotidianeidad. ¡Tanto que agradecerle Don! ¡Tanto! 


¡Vienen a mi mente tantas cosas! Curiosamente, nunca nos tuteamos. No sé bien por qué, si me pusiera a pensar diría que por su extrema timidez, por llamarla de alguna manera y sin ánimo de ofenderle en lo más mínimo. ¿Seriedad? No, esto no. Tenía su buen estado de ánimo, llegaba a hacer algunas bromas. 


No olvido aquella vez que se sentó en el escritorio contiguo al mío y sostuvimos una plática "extraña" que duró muchos minutos, podría decir que cerca de una hora. ¡Ay Don! El único ser humano sobre la tierra que conocí con esas características. Extraña, porque le costó un tremendo trabajo invitarme  a tomar una taza de café. ¡Yo gustosa le dije que sí! Se enredó con las palabras, le dio mil vueltas al asunto y aún después de haberlo dicho siguió hablando y hablando... ¡Qué tantas cosas debe usted haber sentido para actuar así! Pasados los años sigo sin entender qué le pudo ocurrir. ¡Le dije que sí, que con mucho gusto! Al café de enfrente íbamos seguido los amigos, los compañeros. Era un ratito de plática, un buen momento. Acudía incluso en solitario. ¿Hice algo, dije algo que lo incomodara? Nunca lo entendí. Quizá solamente no se atrevió finalmente y ya.


GRACIAS Don! Por haberme tenido en tan alto concepto. Creo que es quien cosas más lindas ha pensado sobre mí, lo agradezco en verdad. Usted me veía así, eso era todo. Gran generosidad hacia mi persona. 


GRACIAS por no atreverse a ir más allá, de alguna manera supo que yo no podría corresponderle de otra forma, más que con mi amistad. Esto es de agradecer, ciertamente. 


No olvido aquella llamada telefónica una Noche Buena sólo para desearme lo mejor, usted estaba solito. Su voz era llorosa, colgó prontamente porque no pretendía ser invitado. Vaya, no quería que yo lo pensara siquiera al notarme sorprendida por su tristeza de esa Noche de Navidad. 


Cuán grande fue su devoción. Qué gran ser humano. Compartíamos el amor por los animales,  le sangraba el alma cuando sabía de casos de maltrato. Sufrió conmigo la muerte de mi gatita y aún me dirigió unas palabras en aquella conferencia. Sabía lo que dolía, nadie lo entendía como usted.


Inolvidable también la vez que lo vi caminando por alguna calle llenita de árboles, yo manejaba, iba con mis papás. Usted, absorto en sus pensamientos. Un poco menos de cabello y más cano, una mirada cansada, ¡Tan cansada! Fue todo muy rápido, no tuve ni oportunidad de tocar mi claxon. Esa imagen la llevo grabada en mi memoria y forma parte de todo mi afecto hacia usted.


Han pasado ya muchos años y mire, ¡No lo olvido! Ni lo olvidaré nunca. Me dejó muchas enseñanzas, toneladas de calidad humana, de generosidad. Imaginaba yo su mundo en solitario: su máquina de escribir (esto lo sé porque así me presentaba sus escritos). Música, sin duda. Ni idea de en qué aparato escucharía a sus clásicos favoritos. Lo imagino escribiendo aquello acompañado de sus sinfonías, o simplemente escuchándolas en algún rato libre. Y no puedo no ver alguna, o algunas lágrimas rodándole por el rostro. Lágrimas cargadas de todo su potencial interior, de esa soledad lacerante, de ese amor por los seres inocentes, los animalitos abandonados que necesitaban de su ayuda (como la siguen necesitando de todos nosotros, esos  que nos enseñan a ser humanos).  Así lo puedo ver a usted, por su gran sensibilidad. 


Yo no sé, no sé (nadie sabe nada de nadie) qué pudo ocurir  si su carácter le hubiese permitido acercarse a una mujer. No sé tampoco si esta fue la razón de su soledad, porque además en muchas ocasiones la soledad es una decisión personal, aunque en su caso me atrevo a pensar que se debió a esas otras razones. 


Usted Don, FUE y ES. Se encuentra vivo en mi presente permanente y además sé de cierto que algún día nos volveremos a encontrar en ese paraíso de luz donde no hay más dolor ni tristezas ni soledad ni nada de lo que en este plano lo hizo llorar.


GOCÉ DE LA BENDICIÓN DE SU AMISTAD. ¡GRACIAS SIEMPRE!






Comentarios

  1. Por los buenos amigos Maty, un saludo cordial!

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  2. Estemos siempre agradecidos por la generosidad de todas aquellas personas que nos dan tanto... Precioso escrito, Maty. ¡Un abrazo gigante!

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    1. Yolanda, muchas gracias 🌹 Sí, guardamos un álbum con el recuerdo de todas aquellas ausencias que son nuestra compañía. Un abrazote!!!

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  3. Qué bonita carta Maty. Creo que de las cosas más "feas" de la vida es la de perder amigos. Ellos se van y uno se queda preguntándose mil cosas. Personas que dejaron huella en nosotros y que sin duda extrañaremos. Siempre recordaremos sus gestos, sus voces, su forma de ser, alguna que otra anécdota, momentos vividos con ellos. Siempre serán nuestros queridos amigos. Lamento que se haya ido esta persona que dejó huella en ti. Me encantó tu escrito.

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    1. Ana! Palpo tu sentir, me solidarizo también con tu sentimiento. ¡Lo describes tan bien! Muchas gracias por tus palabras y tu presencia. 🌹

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  4. La letra de una sevillana comienza así: Algo se muere en el alma, cuando un amigo se va
    Y va dejando una huella que no se puede borrar. Saludos

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    1. ¡Ay, qué bonito! Me encantó. Y es parte del vivir, pero la parte que más duele Federico. Eso he pensado desde muy jovencita, la parte más dura.
      Gracias Federico, un abrazo.

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  5. Ay Merche qué requete lindas tus palabras, mujer! Es verdad que nunca deberían irse. Tampoco los papás y las mamás. En fin, gracias por todo lo que dices, especialmente el final. Un abrazo grande grande 🌹

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  6. Nada más grande que los amigos y esas personas que nos dejan muchas enseñanzas, aunque solo atraviesen muy rápidamente por nuestra vidas, eso si siguen viviendo en nuestro corazón y que difícil es a veces que se alejen sea por cualquier motivo que sea, sin embargo seguimos caminando con ellos. Me gustó mucho, me hiciste rememorar muchos momentos, abrazo grande y gracias

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    1. ¡Cómo me alegra que te haya gustado y que te hiciera recordar! Me acordé de una canción de Diana Ross que dice "no tenemos mañana, pero tenemos ayer". Parecería muy contrario a lo que tanto se dice de "vivir el presente". Pero no es así, es vivir la vida TODA en un presente perpetuo. Mantener a esos seres en la memoria y en el alma.
      Gracias a ti Themis, y mi abrazo 🌹.

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  7. Querida Maty. Una carta que llega muy adentro. Un gran amigo, que no busca más que otra gran amistad para compartir todo aquello que teníais en común.
    Estas personas son regalos de la Vida. Igual que los regalos que nos haces tú con tus palabras.
    Precioso. Abrazo grande.

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    1. Ay Amaia siempre lindas tus palabras, que agradezco de corazón. Sí, la vida nos da regalos hermosos, como este instante también, por ejemplo. Un abrazo! 🌹

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