PARA CONTAR HISTORIAS.
Contar historias, sean inventadas o reales. ¡Mi sueño, el de tantos! Plasmar realidades y sentires, vivirlos aún más porque al verlos reflejados adquieren otro matiz. Se viven más, de una manera diferente, y dan paso a muchos panoramas más que los que palpamos en cada vivencia. Al adquirir la conciencia de que se está dentro de esa historia de la manera que sea, ficticia o realmente, la hace más plena.
Es una magia auténtica. Vida abundante, paladear, degustar los momentos desgranándolos hasta lo más mínimo.
Inventar las historias es crear mundos que no nos son ajenos, esa ficción puede ser la realidad de otros. Las imágenes de seres vivos y sus situaciones dan la pauta para ponerles forma, los sabores y aromas que van adquiriendo conforme se desarrolla la recreación del caso de que se trate. Si son sueños, ¡Se vale soñar! ¡Pero por supuesto que sí! ¿Qué sería de nosotros sin nuestras cajitas mágicas, las musicales, las de sorpresas y las de mundos imparables que rondan a lo largo de nuestros momentos en nosotros mismos, mente y alma?
Termina un año, comienza otro y esto sucede con más velocidad cada vez. El arrancar una hoja al calendario es un hecho tan divertido como fugaz, es el recuerdo vivo de que ese acto aparentemente tan simple en cosas de un segundo se ha convertido en un recuerdo. Y así cada vez, cada vez, cada vez...
Mientras sigamos repitiendo estas cosas, todas y cada una, tanto reflejadas en palabras al ser narradas, como al llevarlas a cabo (ese sencillo gesto de alzar la mano, hacer el movimiento, arrancar esa hojita), mientras esto siga ocurriendo, estamos altamente bendecidos y somos afortunados de seguir aquí acumulando un poquito de todo. De ese todo que conforma cada existencia. Todas esas cosas a las que no solemos valorar, como (un ejemplo nada más) el sabor de los alimentos. Recuerdo a un amigo que perdió ese sentido por causas de salud.
El calendario gregoriano que nos rige nos invita, queriendo o no, a detenernos por unos segundos (ojalá fueran más) para ver la VIDA.
Y por eso es que estamos aquí, que seguimos aquí. Mientras así siga resultando, tenemos cantidad innumerables de oportunidades de ver y asimilar todo aquello que le da sentido a nuestra existencia. Estar bien atentos AÚN (y aunque parezca contradictorio, pero no lo es) cuando lleguen las muy necesarias distracciones y las inevitables evasiones.
Contar historias es vivirlas y es palparlas. Contar historias es profundizar en las almas, tomar la vida en serio. Es un privilegio poder hacerlo, sólo desearlo ya es una fiesta de luz y de color (aún en sepia). Contar historias es moldear lo cotidiano y darnos cuenta de que no carece de sentido, que su simplicidad misma es su grandeza.
Todo sería una pérdida (de hecho estamos plenos de ellas) si no las atesoráramos. Darles un lugar, un momento y una oportunidad es conservar hasta lo efímero en una cajita de cristal invisible e intangible que adquiere características hermosas cuando nos sentimos los alfareros de la vida.
Todo eso tan sagrado que está DENTRO DE NOSOTROS es intocable, nuestro derecho y nuestro gran poder de hacer y deshacer. Y esto es tomar una historia y hacer con ella lo que Dios quiere: darle vida, vivirla.
Enero nuevamente. Mientras siga llegando Enero y nosotros sigamos viendolo aterrizar, ¡Qué más!
¡¡¡Mientras haya una historia que contar!!!
Bello muy Bello y si Dios me permite seguiré recordando y escribiendo nuevas cada enero un abrazo Maty
ResponderBorrarCreo que eres Nelson, hermano de mi alma. Gracias hermanito, te amo muchísimo, Dios también ☺️
BorrarHola Maty, feliz Enero. Bonita reflexión, es verdad, contar historias es una bendición, nos salva de la realidad, crea otras alternativas que vale la pena explorar, nos abstrae del mundo y nos hace soñar. No para que nos quedemos en ese mundo de ficción, es solo descansar un ratito para volver con nuevos bríos a lo cotidiano. Un abrazo Maty.
ResponderBorrarMuchas gracias Ana! Es verdad, si nos quedáremos en el mundo de la ficción acabaríamos en el psiquiátrico. Un gran abrazo!
BorrarSin duda totalmente de acuerdo Maty, mientras haya una historia que contar la vida sigue y enero avanza sin más.
ResponderBorrarSumergirse en el mundo de nuestras historias nos hace volar, fantasear, imaginar y hasta ver la vida en libertad de pensamiento, y es que aunque todo fluya a tu alrededor cuando creas una historia se despliega un mundo maravilloso.
Un fuerte abrazo
Sí que es maravilloso este mundo Nuria, ¿Qué haríamos sin él? Muchas gracias, felicidades y abrazos!
BorrarHola Maty, ¿qué sería de la vida sin leer historias y sin contarlas, sin escribirlas? Por lo menos la mía estaría totalmente coja y vacía. Espero que nunca mueran y, sobre todo, que salgan de la inteligencia humana y de la creatividad de las personas, no de máquinas.
ResponderBorrarUn abrazo. :)
Sí Merche, sí, que salgan de las almas y no de máquinas. Por lo pronto, a lo nuestro! Un abrazo grande.
BorrarFeliz enero, feliz comienzo de año. Me encanta la reflexión, esa esperanza que rezuma en tu texto. Si hay vida hay esperanza, pues eso, si hay historias que contar no puede ser más bonito el comienzo de un nuevo año. Un fuerte abrazo, querida Maty.
ResponderBorrarMuchas gracias Mayte, otro abrazo para ti también, que todo sea bello! Tengo pendiente leer tu entrevista ☺️
BorrarMuy linda entrada, contar historias ese refugio que encontramos dentro de nosotros mismos y plasmamos al exterior, para compartir o no, esa herramienta terapéutica que nos hace sublimar muchas tendencias que llevamos dentro, moldearlas y tal vez devolverlas de una forma que nos aliviana al alma. Gracias Maty por esta reflexión, un gran abrazo y un cafecito para dos o para quien se apunte.
ResponderBorrarNo importa que haya salido anónimo, sé que eres Themis. Sigamos alivianándonos el alma! Con sabor a café, claro ☺️
BorrarHola, Maty. Los humanos en general, no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Por eso, intento agradecer hasta lo puedo parecer "tonto" y hasta a aquellas personas que tanto mal me han hecho porque han sido mis mejores maestros, tal vez. Y la esperanza tenemos que tenerla intacta, aunque a veces cueste.
ResponderBorrarEspero que tengas un feliz año, Maty.
Un abrazo gigante!
Es una linda manera de vivir, Yolanda. Agradecer siempre, aunque en verdad a esos maestros de vida cuesta un poquito más de trabajo.
BorrarUn año lleno de salud y alegrías para ti, abrazo grande!
"Contar historias es profundizar en las almas, tomar la vida en serio". Completamente de acuerdo, Maty. ¿Qué sería de nosotros sin nuestras cajitas mágicas?
ResponderBorrarTu mensaje es muy positivo y aporta un colorido especial a esta nueva andadura que comenzamos con el 2024.
Gracias por compartirlo.
Muchas gracias Marcos. Feliz Año.
BorrarQue cuentes muchas historias este año Maty. Un abrazo.
ResponderBorrarGracias Federico, abrazo grande!
BorrarBellísima reflexión sobre la vida y cómo contarla. Somos afortunados de seguir viviendo, de poder elegir, de poder contar historias… Los antiguos se reunía en torno al Contador de historias y lo escuchaban hechizados. Después, las fijaban en la memoria, crecían culturalmente, sentían que se enriquecían. Hoy sabemos que las historias estimulan de forma eficaz nuestro cerebro y estalla en actividad, se llena de imágenes. Una buena historia la vivimos con los personajes, nos emocionamos, reímos… Pura vida.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo, Maty.
Por eso es maravilloso que exista esto en nuestras vidas, María. Un gran abrazo! Y muchas gracias, siempre.
BorrarFeliz año nuevo Maty. Permíteme brindar por seguir contando historias y conservar la amistad que une a todas las personas que compartimos la alegría de hacerlo, ¡un cordial abrazo de tu amigo Ricardo!
ResponderBorrarOh, muchas gracias Ric! Lo mejor de la vida todos los años, todos los instantes. Un abrazo también para ti! 🫂
BorrarPrecioso mensaje Maty.
ResponderBorrar¡Qué bonito es leer o escuchar historias de otros y qué privilegio es poderlas contar!
Lo mejor de todo es tener la oportunidad de vivir las historias.
Espero que este año nuevo esté cargado de todo lo que más deseas. Abrazo enorme.