Maty Marín H. *VIVIENDO*

  Fotografía de valores.mx Cosas que son diferentes, aunque uno no lo quiera. Diferentes todas las formas de pensar, todas. ¿Por qué los humanos no podemos tratar de entender esto y empatizar? Lo primero y lo último, es el amor. Cada segundo de mi existencia me convenzo más de ello.  ¿Con qué se come la comunicación? ¿Con qué se puede degustar mejor, con vino tinto, vino blanco o con una coca cola? Para que dentro de lo agrio de no encontrar respuestas, deje mejor sabor. Porque sí, es todo un arte y nada fácil.  Todo por amor. TODO POR AMOR. Equivocada o no, es y será mi máxima. Es y será mi verdad, la grande, la más grande de todas. Lo reafirma la lágrima que asomó sin haber cebollas cerca. Me daré entera hasta el último instante de mi existencia.  Dios, te debo la cartita que sabes lo que dirá aún antes de que te la escriba. En vía de "mientras", te digo lo que dije el otro día en esos hospitales: Ayuda! Ayúdame, por favor.  Yo, aquí estoy,  aquí sigo. Que pase lo que tenga

¿Alguien recuerda estas casetas telefónicas?  Recordar, rememorar. Porque yo soy mis recuerdos (y muchas otras cosas más , claro). Y ahora es un día especial para mí, y mi abuela, mi abuelita viene a mí. Vive conmigo, pero hay veces que de una manera especial en que mente y espíritu recuerdan a los seres más amados. Ella, siempre dije "mi primer gran amor que se me va al Cielo". Buenos años viví con ella. Cuando ya no la veía a diario, sentí que me habían arrancado una parte de mí. Esta época de incertidumbres, de desazones, ella era mi alegría. Era mi refugio, mi pilar. Y en ese tiempo es que yo la llamaba desde una caseta telefónica, aunque me estuvieran tocando la puerta. ¡No quería dejar de hablar con ella! Aquí en México existían unas monedas de cobre de veinte centavos, se introducían por una ranura y, al caer, es que habían respondido nuestra llamada. Por eso se hizo común la frase "me cayó el veinte", como diciendo " caí en la cuenta, me he dado cuenta&

 Vida, vida, ¡Cántame! Que te vivo, que te siento y lates dentro de mí. Y alrededor, también. Y enfrente, y por los cuatro costados. Vida vida, que contigo vivo. Y tú también me vives, ¿A que sí? Somos una despertando cada vez que el sueño termina, o se pausa, o se detiene o ¡Qué sé yo! Canción eres, vida. Y vivirte es como el teatro. Eres el escenario, detectas cada movimiento y cada suspiro. Lo miras todo y así, fuera de escapes y haciéndolos imposibles, me abrazas todita, completita. No hay un solo espacio entre tú y yo. Confabulación absoluta desde que somos lo que somos: una sola. Vida, que te amo, vida. Eres mis segundos y mis tragos amargos. Me sostienes con tu mano dulce y firme a la vez,  enseñándome que todo pasa pero que se queda también.  Vida, haces fácil lo difícil. Y a veces, en tu dificultad sacas mi llanto y tú misma lo secas suave, suavemente. Cuando te pones ríspida, vida, soy yo quien te debe acariciar. Y acariciarte es mi respiro, es mi justicia.  Finalmente vivimo

  Todo sigue igual ¿Eso crees? ¿Eso es? O cómo es... A veces algo te detiene como una piedra fuerte, rígida, a manera de "pausa" y muchas veces, cruel. Barrera infranqueable. Te paras y ves todo pasar. Y sientes que ya no perteneces. ¡Pero sí perteneces, aún eres parte de todo! Pero no, lo ves pasar y algo te dice que todos ellos pasarán por lo mismo, alguna vez. Sala de Urgencias de un hospital, ¡Cuánto pasa ahí! Lo crudo sin opción a cambiar de estado, el dolor dibuja los rostros. Todo para y se vuelve eterno. No sabes si saldrás de allí, es un lugar donde muchos se quedan, salen sólo sus espíritus. Sí, sala de Urgencias de un hospital, el culmen de lo agrio sin piedad. Todos humanos, todos iguales y todos diferentes, todos únicos e irrepetibles y el dolor adquiere una peculiar singularidad: también es único. Y no sabes si saldrás de allí, no lo sabes. Y miras tu entorno: dolor de diferentes matices. El tuyo propio se une, aunque sea en un grito, se une. Y los segundos, se

 ¡Teatro, más Teatro! Toma nota, si vienes a la Ciudad de México. Estará  este mismo mes de Agosto y también  en Septiembre.  Preciosa esta obra basada en el libro de la autora Silvia Molina. Una obra fresca, deliciosa. Acreedora además al premio Xavier Villaurrutia 1977. Se desarrolla en aquellos años que los jóvenes sólo conocen por referencias, y los demás tuvimos la suerte de vivirlos: los 60's, (69 para ser más exactos)... el primer paso del hombre a la Luna, la desapariciones de los Beatles. Realmente evocadora y memorable.  Fotografía del programa de la CNT editada por Maty Marín  Gris, gris el color que permanece y que nos hace ver todo de esa manera por ser un ambiente londinense. Se siente el frío en verdad. Nos hace realmente estar en esa atmósfera, la protagonista viaja a Londres para estudiar siendo una jovencita ávida de vivir, todo para ella es nuevo; incluso el encuentro con el primer amor, su maravillosa primera vez. Una historia real, puesto que de quien ella se e

  El agua de la lluvia me eleva Su acidez no me daña El trueno, brutal, me da un pálpito Pálpito que me gusta ¡Estoy viva! Percibo el mismo olor de la tierra mojada de la infancia  Interrogantes plantea el infinito gris azulado  Pajarillos que no sobreviven recuerdan la fragilidad  Vida humana frágil, vida frágil toda. Volátil...  ¿corta? quizá no tanto. Mundos que van como el látigo comiéndose a sí mismos.  Débil el gusanito trata de enterrarse en la tierra  Débil el alma trata de no quebrarse Alegría en el fondo, luz enmedio de todo Luz que emana de la generosidad humana que chifla esperanzada  Yo sigo aquí, con el calor de tu abrazo Que la volatilidad, la fragilidad, lo pasajero y sublime a la vez, nos siga envolviendo Amar amor amar, te amo