EL CANTANTE






 "A quién le vas a dar tus horas de pasión en madrugadas frías"


"Véte ya, sin tantas despedidas, te quedas o te vas, me quieres o me olvidas"


               ***********



Y así el show. El lugar repleto, aplausos y gritos, histeria y vítores. El lucimiento de una voz privilegiada y con mucho, pero mucho sentimiento. Sumamos una galanura y presencia fuera de serie que hace que las mujeres, chicas y grandes, enloquezcan con los acordes que les dan a conocer cuál es la que sigue, y cuál más, y así sucesivamente.


Y sucede que dentro de tanta algarabía hay un sentimiento común a muchos. El cantante puede, y lo hace, remover los sentimientos de la gente hasta el límite, hasta un límite insospechado. Los sentimientos son comunes a los seres humanos, es lo que explica que se puedan reunir miles de personas y carretonadas de aplausos alrededor de una persona que se para ahí enfrente de todo un auditorio. Los sentimientos, sí. Lo de humano que florece en un lugar así, quizá saliendo se olvide y se vuelva a la vida práctica, inevitablemente.


Momentos de éxtasis y de olvido de la rutina para ahondar en el fondo del ser, ese que los une a todos en una sola voz y en un solo sentimiento.


Llámese comercial el evento, llámese como se llame, forma parte de una cultura. Y se aviva el deseo de adentrarse en esas dos o tres horas a cuerpo total como si nada más existiese. Sale y reluce esa parte oculta que en una oficina se tiene que olvidar. Vuelta a la rutina, vuelta al rodar y rodar de una existencia que está transcurriendo en su inevitable correr y correr. Hastío, líos, conflictos, intereses creados. Todo esto queda olvidado por unas horas mágicas. 


Pero ahí no, no. El tiempo se detiene, o eso desearíamos. Que nada obscurezca esos momentos tan brillantes y erizantes que sacan lo más auténtico del sentir de cada uno.


¿Y el cantante? Él, con una fuerte descarga de adrenalina sale a cumplir un compromiso público, un contrato de millones. Su sonrisa manifiesta su satisfacción de ver que todo se va desarrollando como lo esperaba, tal y como estaba planeado. La respuesta de ese público compuesto de seres humanos que ahí se vuelven más humanos, o que no lo ocultan -al menos-. Los gritos de las mujeres y vítores de los hombres que admiran a ese que logró el que pudiera ser el sueño de muchos, que quisieran cantar tantito así y despertar en las mujeres más que un poquito de lo que el famoso está logrando con cada estrofa.


El artista es, obviamente, un ser sensible. Es verdad que la preocupación de las "formas" es inevitable. Que no se olvide ni un solo pedacito de alguna letra, que no falle esa garganta privilegiada, él está dando el 100% de su talento. No por ello deja de sentir lo que expresa, no, pero lo envuelve una atmósfera distinta a los que reciben el placer de estar allí gozando y aplaudiendo. Y así, cuando ve y siente que todo va fluyendo y se va desarrollando de excelente manera, se relaja ligeramente, a veces con la ayuda de un trago de licor que "para abrir la garganta", y goza de su trabajo, de sus dones y su capacidad de expresión, sabedor de que no todos logran el tan anhelado éxito.


Si todo se resumiera en cada letra de una canción, como lo es para el público, otro sería el asunto. Pero es como tiene que ser: cada uno en su papel. El cantante a lo suyo: dar, hacerlo lo mejor posible. El público a disfrutar, a sentir hasta el tuétano. 


Entre el cantante y el público se crea una atmósfera única e irrepetible, cada vez es diferente aunque se repita el mismo show.


Al terminar la función, al apagarse las luces en señal de que ya no habrá "OTRAAA"... Sale la gente satisfecha, desbordando alegría, comentando lo maravilloso que estuvo el show. Los novios se besan y abrazan en señal de unas horas de felicidad plena cómplice, las personas mayores alaban al joven artista.


Y el cantante... Llega a su camerino, sudoroso, exhausto, con un peso menos encima y la certeza satisfacción de que todo salió bien. Muy bien. 

Su vida de oropel goza aún de las visitas de gente de prensa y amigos, otros artistas que lo felicitan por el éxito alcanzado esa noche. Brindan, siguen brindando. Luces, cámaras, fotografías, firmas de autógrafos y todo lo que sigue formando parte de la parafernalia.


Al paso de las horas también eso comienza a bajar de tono. Todos, todos se van. 


¿Qué le queda a él? ¿Su noche de sueño será en un solitario cuarto de hotel, con una llamada de su familia?

¿Acaso irá de juerga con algunos amigos hasta que llegue el amanecer?

¿Dormirá cansado pero melancólico por no tener cerca a su amada?


O... o


¿Será su compañera una absoluta soledad, serán esas cuatro paredes un espacio hueco que le recuerden que lo de afuera se quedó afuera?


Cada vida es un misterio. Está plagada de un sinfin de caminos, algunos a seguir, otros sin retorno. Es posible que todo ese ruido y  y esos abrazos, algunos sinceros y otros no tanto, le hagan reflexionar, o bien puede no ver más allá. ¡Depende de tantas cosas! Al cantante le ha tocado desarrollarse en una profesión que le endulza la boca por muchos momentos, pero por muchos otros...

¿Qué será?


La vida y sus misterios, la vida y sus caminos pasajeros...








Comentarios

  1. Hola, Maty, quizá desde fuera veremos la vida de los cantantes genial, llena de viajes, vítores y demás, pero, como tú dices al final, ¡quién sabe! Todo tiene su parte buena y su parte mala. Eso de perder el anonimato y que te sigan por la calle y te pidan fotos, yo no lo llevaría nada bien...
    Un abrazo. :)

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    1. De acuerdo contigo Merche, yo tampoco podría. Cuando los veo a ellos llevando esa vida, agradezco profundamente el anonimato que me tocó y aplaudirles desde un luminoso lugar dentro de la oscuridad. Abrazos Merche!!! 🌹🌹🌹

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  2. Buena reflexión, Maty...

    Yo conozco y he trabajado con cantantes de fama internacional y te diré que aciertas en que cada uno de ellos es un mundo. Están los que necesitan los halagos para satisfacer su ego y los que no logran adaptarse a la popularidad porque choca contra su humildad personal.

    A veces, los veo y me da pena que no puedan llevar una vida como nosotros. Yo, como dice Merche, no llevaría bien una fama excesiva.

    Abrazooooo, ricoooo

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    1. ¡Ya sé que los conoces Luisito! Y tus apreciaciones tienen razón de sobra por testigo cercano y objetivo. Un abrazo amigo como dices ricooooo jajaja

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  3. Hola Maty, una cosa es lo que vemos y otra la realidad de los cantantes, músicos, etc. Muchas horas de vuelo en sus giras, preparación escénica, separación de la familia... En fin, un mundo complicado. Un abrazo

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    1. Sí Nuria, una vida más que complicada. Nosotros sólo consumimos todo el producto de sus esfuerzos. Un abrazo!

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  4. La vida de un cantante es estresante y muchas veces llena de decepciones y amarguras. En el lado positivo, su satisfacción de ver recompensado su esfuerzo con una calidad de vida inalcanzable para muchos, aunque como bien dice Luis Alberto, eso puede chocar también con la humildad de alguno de esos artistas. En el lado del público, estoy contigo en todo, ese compartir de unas horas de concierto donde todo es satisfactorio supone una evasión muy necesaria del día día tan pesado y cruel como se presenta algunas veces.
    Como bien indicas: "Hastío, líos, conflictos, intereses creados. Todo esto queda olvidado por unas horas mágicas".
    Me ha encantado, Maty. No dejes de pasarte por mi blog y comentar con esas palabras tuyas tan mágicas también, que tanto bien me hacen.
    Un abrazo.

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    1. Lo haré Marcos, claro que te voy a visitar. Siempre te pienso, y siempre admiro tu solidaridad. Un abrazo fuerte entre tanto 🤗

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  5. Hola Maty, muy buena entrada y reflexión. Realmente para que un ser humano "mueva" a otros con su voz se necesita ser de verdad un intéprete que imprima el alma en su voz. No se dan en maceta obviamente. Los conciertos tienen su lado seductor aunque yo no soy muy afecta a ellos. Y por otro lado, en verdad ¿qué pasará después de una noche así? Después de recibir la adoración de cientos o miles (depende), ¿qué pasa con ese ser humano? Interesante en verdad, muchas veces idealizamos a estas personas y nos olvidamos que son tan humanos como cualquiera. Me gusta mucho como nos invitas a pensar en cosas que de otro modo tal vez ni se nos cruzarían por la cabeza. Te dejo un abrazo Maty. Saludos.

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    1. Gracias Ana! Sí, pienso mucho en esas realidades humanas, en esos seres que hacen que una multitud viva un sueño, ¿Qué es lo que sucede dentro de ellos?
      Un abrazo Ana 🌹

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