VIVA LA VIDA

 

Viva el fin, así como viva el principio. Que vivan todos los instantes, todos los momentos. La vida es acabar y comenzar y comenzar y volver a acabar y afortunado aquel que lo viva una y otra vez, que siga en esa montaña rusa, que siga en el viaje de la vida.

Nada empieza ni termina, todo permanece. Somos auténticas contradicciones constantes. Porque la mañana que regresa da paso a un enigma. Enigma es tu vida, la mía, la de todos. Atesoramos, construimos recuerdos en base a cada momento. Como los mejores autores o los mejores pintores llenamos el lienzo de cada día con lo que tenemos, con lo que podemos y a veces hasta con lo que no queremos ni desearíamos nunca. Darse cuenta de ello, es un regalazo. Pero estamos aquí y ahora disertando sobre ello y sobre millones de cosas más, señal de que sí, señal de que no. Claro, podría ser un sueño, la vida podría serlo. 

En esta rueda de la fortuna pernoctamos de manera permanente... Mientras puede suceder. Y no todo es blanco ni tampoco negro, y el segundo siguiente... Pero, ¿Qué segundo? Sigue? ¡A saber!

Tengo la vida prendida a mi esencia. ¡No cambio por nada! No, no cambio el hecho de aceptar que soy diferente siendo la misma. Amor mío, sólo mío en comunión con Dios a quien pedía, , suplicaba, agradecía, acariciaba...  y así tocaba el Cielo con las manos. 

Marcos de la vida con heridas en el alma, heridas con sabor a todo, heridas que marcan el sentido de seguir y palpitar. Cicatrices, gozos, decepciones, amor evaporado.

¿Dudas? -Siempre-  ¿Certezas? -Siempre-. El amor me besó esa vez y fue un estupor, un vahído, una tiniebla que dejó de palpitar. Y con eso, lo tengo todo. 

Y bajándome de esa pantallita de mis creaciones internas, puedo ver que lo estoy expresando. Expresar hasta que sea posible, escuchar respiraciones mientras existan, adentrarnos en lo simple. 

¡Muchísimas felicidades! Hoy, mañana y siempre, todos los instantes. Que no nos sea indiferente el dolor nunca, nunca. Que con un pensamiento mandemos una caricia a quien llora. Que AMAR sea el por qué y el para qué de todo.