CAMBIOS SIEMPRE
Inevitables son, sin duda. Transforman, sorprenden y llegan a provocar sobresaltos, inquietud, dependiendo del caso tristeza, y un sinfin de cosas más.
Son parte de la vida. La vida es movimiento, decían los griegos.
Cuántas veces una noticia inesperada cambia todo el panorama. Cuántas veces nos damos cuenta de lo frágiles que somos, de lo vulnerables. Es absurdo e ilógico pensar que en la vida todo seguirá igual, que podremos prolongar los buenos momentos indefinidamente. Qué "todo está bien, nada pasa". Y deseamos que sea así por mucho tiempo más. No queremos ni pensar, y he ahí la cuestión: hay que prepararse.
Prepararse no significa vivir en la tragedia pensando en cosas trágicas e irremediables, tampoco vivir con miedo ni ser pesimistas. No. Sólo significa saber que la vida da sorpresas que pueden llegar en cualquier momento. Que somos seres humanos vulnerables, frágiles y así es que podemos sortear mejor alguna que otra "sorpresita".
Llanto, llega el llanto. No somos de piedra. "La actitud es lo importante", nos dicen por allí. Y hay quienes nos dicen, por supuesto que con la mejor voluntad, que la alegría es la clave, siempre la alegría, solamente el optimismo, darle a la vida la mejor cara, ser valientes, no parar de sonreír. Pero no todo mundo tiene la misma fuerza, y también es parte de todo, la tristeza. Risa y llanto, alegría y tristeza. La vida es eso, nadie lo puede negar y mucho menos cambiar.
Eso sí: hay personas que ¡A saber por qué! son más lastimadas por constantes quebrantos. Gente que uno no puede explicarse cómo pueden tener una capacidad tal de pasar por lo adverso una y otra vez.
La empatía es fundamental en esto, como en todo. No permanecer indiferentes, brindar siempre un silbido de esperanza.
Llora, sí. Eres humano. Llora si la noticia que recibiste implica un cambio radical. Y mira, mira todo con amor. Es la clave: abraza tu noticia con amor. El amor siempre, el amor para todo y con todo. Podrás ver que en muchas de las ocasiones podría haber sido peor.
Llora para poder sonreír por haberlo logrado, y abrázate como lo haces cuando amas sin reparos.
Buenos días, Maty. Me ha gustado mucho tu post, estamos muy obsesionados con sonreír siempre y estar alegres, pase lo que pase, y eso tampoco es natural ni sano. Es bueno mantener un equilibro y saber que la vida, como tú dices, tiene momentos para todo. Cuando los cambios que nos llegan son negativos, también es bueno dejar salir esos sentimientos sin reprimirlos: la tristeza, la frustración... siempre que no nos instalemos en ellos eternamente. Nada es para siempre.
ResponderBorrarUn placer haberme pasado por aquí y leerte. Un abrazo!!
¡Hola, Maty!
ResponderBorrarEste texto tuyo se siente como sentarse junto a alguien que no intenta solucionarte la vida, sino acompañarte a transitarla. Y eso, hoy en día, no tiene precio.
Me ha encantado cómo desarmas la trampa del “todo está bien, no pasa nada”. Porque sí que pasa, y mucho. Y pretender que no duele a veces, es negarnos lo más humano que tenemos.
Ese “llora para poder sonreír” me parece una joya. Un portal. Un recordatorio de que no venimos a ser valientes todo el tiempo, sino a ser sinceros con lo que nos atraviesa.
Desde mi experiencia, también siento que muchas veces para salir a la superficie hay que tocar fondo. Que el dolor y el sufrimiento —aunque no los deseemos y nos acompañen a diario— pueden hacernos crecer por dentro, según cómo los afrontemos. Por eso es tan importante no taparlos ni correr de ellos, sino sentirlos del todo, ser conscientes de lo que nos provocan, y darles su espacio. Porque ahí, justo en esa sensibilidad, es donde se va forjando lo que somos.
Y qué importante eso que dices del amor… abrazar la noticia con amor. Es una forma preciosa de recordarnos que el dolor, si no se convierte en enemigo, puede transformarse en una puerta.
Gracias por escribirlo con tanta verdad y con tanto cuidado.
Un abrazo grande, compañera.
Hola Maty, profundo texto. La vida es así, si hay que llorar se llora, si hay que reír se ríe y si hay que amar se ama, pero hay que sentir todos y cada uno de los momentos de la vida por muy dolorosos que sean.
ResponderBorrarSuperarlos es casi una obligación para no caer en la desesperación.
Empatizar una obligación.
Pero estoy de acuerdo contigo, amar y dar amor.
Un abrazo
Hola, Maty, así es, gran reflexión... La vida es un cambio constante, etapas buenas, malas y anodinas... Hay que fluir con ellas de la mejor manera posible, adaptándose a lo que venga sin renunciar a nuestra esencia verdadera.
ResponderBorrarUn abrazo. :)